Por:
Jorge Tobón
Hermano
de Jesús de Carlos de Foucauld
A las
diez de la noche del día 13 de octubre de 2012, entra un grupo de campesinos hacia
el altar de la Iglesia dedicada a San José de Anaime, con dos grandes canastos
repletos de los frutos de esta tierra -corregimiento de Cajamarca,
Tolima- . Allí el padre Ever Freddy
recibe los dones para ofrecer a Dios las gracias, pedir perdón por
nuestra falta de cuidado con la Creación
y para bendecir éstos frutos. Ya
llevamos más de tres horas reunidos en vigilia,
somos alrededor de 50 personas, que comenzamos recorriendo el pueblo a la luz
de las velas, los rezos a María y la alabanza de San Francisco a la Madre
tierra y a todas las obras del Universo… ¡Loado seas mi Señor!
Esta vigilia de oración y reflexión, es
convocada por el párroco con el apoyo de los grupos de catequistas, del Comité
Ambiental en Defensa de la Vida de Ibagué y del Municipio de Cajamarca y la
Pastoral de la Cultura, en la región despensa
agrícola de Colombia, amenazada por la megamineria a cielo abierto, que
destruiría toda la biodiversidad y la cultura.
El
mensaje de los Obispos nos iluminó y animó a organizarnos y comprometernos activamente, para evitar que “la
riqueza de hoy sea pobreza para mañana”[1],
señalando que en algunos lugares como éste, hay una “oposición entre el
desarrollo de la minería y el desarrollo humano agrario…”, y pidiendo así al
Estado, para “que actúe con firmeza frente a la destrucción incontrolada del
medio ambiente...”.
Esta vigilia es un acto que como creyentes y
junto a todos los defensores de la vida,
debemos promover y multiplicar con
otras vigilias, para hacernos
visibles y crecer en número y
conciencia.
Al
final de la vigilia tomamos una
bebida caliente, mientras contemplábamos una muestra fotográfica que educa
sobre lo que sucedería si dejamos que la minera se quede, lo que significa un viacrucis que aún podemos evitar.
La
conciencia ambiental hace parte de la sabiduría que han acumulado nuestros
pueblos nativos desde la aurora de la historia. De allí, que sin organización y
movilización, cada persona puede ser llevada al error y dejarse desplazar. La tarea que los Obispos
recuerdan a todos los colombianos es: “mantener viva la conciencia sobre la
responsabilidad que tenemos con la Creación y organizarse y comprometerse
activamente para lograr un desarrollo amigable con la naturaleza”.
[1]Conferencia
Episcopal de Colombia. (2012). La Realidad Minero Energética Actual Riesgos y
Posibilidades. Obispos de Colombia reunidos en Asamblea Plenaria.
0 comentarios:
Publicar un comentario