lunes, 22 de octubre de 2012

VIGILIA EN ANAIME, CORREGIMIENTO DE CAJAMARCA, TOLIMA- COLOMBIA ¡UNIDOS EN ORACIÓN!



Por: Jorge Tobón
Hermano de Jesús de Carlos de Foucauld

A las diez de la noche del día 13 de octubre de 2012, entra un grupo de campesinos hacia el altar de la Iglesia dedicada a San José de Anaime, con dos grandes canastos repletos de los frutos de esta tierra -corregimiento de Cajamarca, Tolima- . Allí el padre Ever Freddy  recibe los dones para ofrecer a Dios las gracias, pedir perdón por nuestra falta de cuidado con  la Creación y para bendecir éstos frutos.  Ya llevamos más de tres horas reunidos en vigilia, somos alrededor de 50 personas, que comenzamos recorriendo el pueblo a la luz de las velas, los rezos a María y la alabanza de San Francisco a la Madre tierra y a todas las obras del Universo… ¡Loado seas mi Señor!

Esta vigilia de oración y reflexión, es convocada por el párroco con el apoyo de los grupos de catequistas, del Comité Ambiental en Defensa de la Vida de Ibagué y del Municipio de Cajamarca y la Pastoral de la Cultura, en la región despensa agrícola de Colombia, amenazada por la megamineria a cielo abierto, que destruiría toda la biodiversidad y la cultura.

El mensaje de los Obispos nos iluminó y animó a organizarnos y comprometernos activamente, para evitar que “la riqueza de hoy sea pobreza para mañana”[1], señalando que en algunos lugares como éste, hay una “oposición entre el desarrollo de la minería y el desarrollo humano agrario…”, y pidiendo así al Estado, para “que actúe con firmeza frente a la destrucción incontrolada del medio ambiente...”.

Esta vigilia es un acto que como creyentes y junto a  todos los defensores de la vida, debemos promover y  multiplicar con otras  vigilias, para hacernos visibles  y crecer en número y conciencia.

Al final de la vigilia tomamos una bebida caliente, mientras contemplábamos una muestra fotográfica que educa sobre lo que sucedería si dejamos que la minera se quede, lo que significa un viacrucis que aún podemos evitar.

La conciencia ambiental hace parte de la sabiduría que han acumulado nuestros pueblos nativos desde la aurora de la historia. De allí, que sin organización y movilización, cada persona puede ser llevada al error y  dejarse desplazar. La tarea que los Obispos recuerdan a todos los colombianos es: “mantener viva la conciencia sobre la responsabilidad que tenemos con la Creación y organizarse y comprometerse activamente para lograr un desarrollo amigable con la naturaleza”.



[1]Conferencia Episcopal de Colombia. (2012). La Realidad Minero Energética Actual Riesgos y Posibilidades. Obispos de Colombia reunidos en Asamblea Plenaria.

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