MANIFIESTO

¡Por la soberanía de nuestro país, nos unimos en Acción Colectiva 
frente a los Megaproyectos Mineros!

Los días 18 y 19 de mayo en la Universidad Javeriana de Bogotá nos reunimos algunos integrantes de la comunidad colombiana que, en franca decisión, asumimos hacer un llamado de atención a la nación para visibilizar, criticar, controvertir y evitar la Gran Minería en Colombia.
Se trató de un evento surgido desde las entrañas de la tierra para salvaguardar lo más precioso que tenemos como comunidad, como nación y como pueblo: La dignidad. Fue un nuevo escenario de encuentro entre los sectores académicos, cívicos, populares y organizativos que buscaban nutrir un proceso que se viene adelantando bien sea de manera espontánea, o bien de manera organizada en las más diversas regiones del país y el planeta.
Encontrarnos implicaba evitar la endogamia que tantas veces nos impide ver más allá de nuestros contextos inmediatos. En este sentido, uno de los objetivos y resultados principales en el plano de lo reflexivo es y debe seguir siendo la unidad de análisis del problema de la minería. Esto quiere decir que las realidades conflictivas y los problemas vividos o previstos por las dinámicas extractivas en todo el país (como en otras latitudes del planeta) no pueden aislarse, pues ellas, en su conjunto, responden a un sistema de relaciones económicas y políticas que han demostrado ser lógicas de saqueo, de explotación y de devastación ambiental, social, económica y cultural.
     
Encontrarnos ha permitido y permitirá darnos cuenta de nuestra profunda identidad como nación, como pueblo y como clase. Identidad que se funde con los diversos matices de la naturaleza, de las historias ancestrales, de las lenguas, las creencias y costumbres del territorio nacional. Identidad que desde la diversidad va andando por senderos de soberanía a pasos de tenacidad. Por ello nos reunimos porque identificamos como perverso y asesino el sistema económico que nos han impuesto por vía de la violencia y que tiene, entre sus múltiples expresiones, las tendencias del saqueo de los recursos naturales, de las comunidades y de los territorios.

Encontrarnos nos permite identificar que en la multiplicidad de territorios, las comunidades, con esfuerzo propio, son capaces de transformar su realidad, de enfrentar a las fuerzas que destruyen sus cosmovisiones, sus riquezas culturales, su existencia material y su historia como pueblo. Conocernos nos permite reafirmar la férrea voluntad de defender lo soberano, lo digno y lo comunitario; voluntad que ha generado almas incorruptibles ajenas y enemigas de la avaricia, del beneficio particularizado y del egoísmo. Así militamos en contra del capital que masacra en su incesante expansión y nos vinculamos al proyecto de defensa por la soberanía, la libertad y la vida bajo la lógica del equilibrio consiente y no del crecimiento ciego.
     
Encontrarnos nos anima a construir procesos de empoderamiento de los pueblos, que resisten, luchan y vencen a los que de miseria han llenado el mundo. Visibilizar para concientizar, concientizar para proponer, proponer para  empoderar y empoderar para transformar; estos son los pasos que nos hemos propuesto y a los que responde este tipo de encuentros, porque sólo así se puede crear una verdadera democracia, concebida en seno del anhelado poder popular, expresión máxima de la soberanía, la autodeterminación y la mayoría de edad de las comunidades.

Encontrarnos nos llena de esperanza y da visos de alegría y coraje ante una realidad que aturde las conciencias. Con fuerza, entrega, convicción y amor luchamos para erradicar la estructura sociopolítica que tanto deprimen la existencia de las mayorías.

Partimos de la comprensión de que la construcción del territorio, es un elemento social integral, cuyo reconocimiento esencial es la cosmovisión de sus habitantes. Y por ello de manera sintética consideramos:
Sobre las multinacionales y el gran capital:
  • Es necesario que se convierta en una responsabilidad de la sociedad colombiana abordar el problema de la megaminería y en general de los problemas sociales y ambientales ligados a los efectos que con esta incursión se generan en las economías extractivas, Así mismo es necesario entender las relaciones que se tejen en marco internacional y en tal sentido identificar los dispositivos para que se asuman las responsabilidades de quienes producen, consumen y contaminan.  
  • En este marco, es preciso reconocer que las empresas multinacionales en asocio con los estados y los agentes multilaterales tienen tácticas y estrategias particulares para cada caso donde incursionan e impactan, valiéndose de marcos legales y políticos que las favorecen.
  • La intervención del gran capital sobre el territorio nacional atenta contra la soberanía y la dignidad del pueblo colombiano, en cuanto sus intereses resultan en la realidad práctica, antagónicos con las condiciones de bienestar y equidad. 
Sobre el Estado y el Gobierno:
  • El Estado Colombiano tiene responsabilidades de los perjuicios sociales, económicos y ambientales de los megaproyectos extractivos, pues es desde el Ministerio del Medio Ambiente, de Minas, del Interior y de Justicia, que las solicitudes y proyectos son avalados.
  • Las debilidades (intencionales o no) en los procesos que evalúan los efectos sociales, ambientales, económicos, así como los cuestionamientos ligados a su veracidad no eximen de ninguna manera la responsabilidad política que tiene la implantación de grandes proyectos extractivos sobre el territorio.
  • Así mismo son responsables los gobiernos, como también los poderes judicial y legislativo del Estado nacional de los daños causados, puesto que ubican por encima de los intereses nacionales y de la soberanía del país los intereses particulares de la inversión privada, avalando e introduciendo prácticas de negociación que permiten el accionar del gran capital.
Desde las comunidades:
  • Es necesario tomar conciencia sobre los perjuicios permanentes en el ámbito político, económico, cultural y ambiental de las inserción de las economías extractivas fomentadas por la inversión privada nacional y extranjera, en cuanto son el resultado y la expresión de una distribución injusta de las riquezas locales, regionales, nacionales y mundiales.
  • Tomamos posición crítica frente a mecanismos como la consulta previa que, en muchos casos, son adversos a los intereses colectivos porque fomentan y facilitan la manipulación y fragmentación de las comunidades. Por esto se planteamos que el proceso organizativo debe trascender las herramientas legales y no quedarse solamente en el ámbito local o comunitario, sino en el plano nacional e internacional.
 Desde los profesionales:
  • Se evidencia un alto grado de responsabilidad de las y los profesionales frente a la problemática, debido a los estudios de impacto ambiental, estudios arqueológicos, antropológicos, sociológicos y jurídicos, entre otros, que facilitan el actuar inescrupuloso de los agentes y actores que posibilitan las lógicas extractivas. Ello es posible dado que el sistema educativo está diseñado para avalar y fomentar la inversión privada, dándose incluso caso en los cuales se avalan informes, donde se han manipulado o evadido los estudios, o donde se amañan los mismos según las necesidades del contratante.
  • Las y los profesionales integrales deben asumir una postura crítica y de denuncia, poniendo por sobre todos los valores la ética profesional que permita, en el marco de la realidad, velar por el interés de las comunidades sobre el interés del gran capital nacional e internacional.
ALTERNATIVAS
De las Multinacionales en el plano nacional e internacional:
  1. Las empresas y los Estados tienen que responder por los impactos que generan sus negocios y sus políticas, así como por las consecuencias de sus acciones en los territorios. Es necesario pasar de una responsabilidad voluntaria empresarial, hacia una responsabilidad pública internacional. Por tanto, se deben trascender los planteamientos de Naciones Unidas, con el fin de trabajar el tema de las responsabilidades extraterritoriales de los Estados en asocio con las empresas transnacionales.
Hacia las comunidades y toda la sociedad:
  1. Fortalecer los planes de vida, que van desde la comprensión de lo colectivo, las prácticas de interacción social y la forma de generar recursos económicos alternativos, para que se impida la introducción de prácticas y negociaciones extractivas, basadas en las condiciones de miseria en la que viven muchos de los ciudadanos.
  2. Buscar en el marco nacional e internacional estrategias para vigilar la negociación por dinero o dádivas, que algunas comunidades canjean, porque el impacto no es sólo local sino nacional. En lo local no se puede dirimir lo de todos.
  3. Es importante buscar alternativas frente a las lógicas mercantiles con las cuales se pone en marcha el llamado “desarrollo y defensa del medio ambiente”,  lo que implica no  aceptar el modelo de pago por regalías o por compensación.
  4. Formular estrategias que dialoguen con lo político, lo social, y lo cultural para que no se fragmente la comunidad y para que no se tengan tropiezos en lo jurídico, social y político, sino que se planteen en un marco de exigibilidad integral.
  5. Es preciso posibilitar canales de denuncia y castigo a quienes se someten a las lógicas corruptas. La dignidad y el territorio no se negocio y quien los vende es un facilitar del despojo y por esta vía un enemigo de las comunidades.
Hacia el Estado:
  1. Identificar las responsabilidades del Estado.
  2. Hacer seguimiento de los informes ministeriales, como el caso del Ministerio del Medio Ambiente, de Minas y del Interior.
  3. Exigir al Estado, su responsabilidad frente a la problemática por la que atraviesan las comunidades por la incursión de los megaproyectos.
Hacia la ética y responsabilidad profesional:
  1. Los profesionales tienen un alto grado de responsabilidad en estos procesos, pues sobre ellos recaen los estudios de las zonas a impactar. Les compete así, la denuncia sobre la gravedad de los impactos que acarrean estos proyectos extractivos.
  2. Buscar la exigencia de una veeduría a los profesionales para que se ubiquen en primer plano los principios de la ética profesional y de lo público.
Conscientes que este es un primer paso en la construcción de acciones colectivas frente a los impactos de la introducción de megaproyectos mineros en nuestras comunidades, hacemos un llamado, para abandonar el miedo y la apatía y continuar construyendo estrategias conjunta, basados en la autonomía de nuestros territorios.  

Finalizamos este primer manifiesto con la firme convicción de que éste, es tan solo el principio de lo que está por ser construido, sentando nuestra posición frente al proceso de resistencia colectiva por los impactos perjudiciales que se avecinan sobre nuestra sociedad y nuestro ambiente en la figura de esta locomotora de los megaproyectos minero-energéticos, que se pretenden establecer a costa de nuestra soberanía, nuestro bienestar y de la vida en todas sus manifestaciones.

Dado a las 6 p.m del día 19 de Mayo, en el marco del Encuentro Acción Colectiva y Megaproyectos Mineros,

Asociación de Cabildos de CALDONO. Tamakiwe-Caldono
Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA)
CEDETRABAJO
CINEP
Colectivo de Abogados Jose Alvear Restrepo
Comité de Defensa del Páramo de Santurbán
Comunidad de la Guajira
Comunidad Intereclesial de Justicia y Paz
Comunidades del Municipio de Suarez-Cauca
Comunidades del Norte del Cauca
Comunidades Embera
CORAMBIENTE
Docentes Universitarios 
Ecotierra
Estudiantes
Fundación Arte Vida
Grupo de Estudios Geopolíticos y Territoriales
IESCO
IKV Pax  Christi
Movimiento Ciudadano por la No Violencia
Observatorio de Territorios Étnicos de la Pontificia Universidad Javeriana
RED Antorcha
Representantes ACIN, El CRIC, la ONIC

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