Por tejido de Comunicación ACIN
En las comunidades del Cauca se ha implementado la guerra como herramienta de persecución y sometimiento contra quienes todavía se resisten a la ocupación y entrega de los territorios a manos de las mineras, madereras y demás multinacionales que buscan saciar su ambición con la explotación de los recursos naturales en todo el mundo.
Ahora en el Cauca se viven las consecuencias del plan de consolidación y reconstrucción territorial, como una de las estrategias que dan continuidad a la política de seguridad democrática, a través de esta estrategia se insiste en el propósito de garantizar la inversión de las corporaciones transnacionales en los territorios campesinos, afros e indígenas y asegurar jugosas ganancias a las agencias comerciales que anteponen la vida misma ante el dinero. El plan de consolidación territorial se ha convertido en la nueva amenaza a los territorios del país, la fragmentación de los procesos organizativos y la estigmatización de la población.
La experiencia vivida en la región del Catatumbo y el Pacifico, Bajo Cauca Antioqueño, Urabá y Córdoba entre otras regiones, evidencia claramente esta amenaza con la agudización del desplazamiento, el resurgimiento narco paramilitar a través de las BACRIM, el aumento de los cultivos de uso ilícito y las reiteradas violaciones a los Derechos Humanos por parte de los grupos armados.
La supuesta visión civil de esta política que comprende inversión social a través de la suma de esfuerzos del Estado, el sector privado y la cooperación internacional (agencias, ONGs), significa presencia y acción militar en todos los espacios civiles y comunitarios del territorio mediante el involucramiento de las entidades públicas, alcaldías, gobernaciones y los operadores regionales. Al mismo tiempo esta estrategia se ha convertido en una de las más efectivas acciones de desterritorializaciòn y división de la comunidad por la dependencia económica y condicionamiento político que generan los programas de asistencia social. En conclusión el plan de consolidación que ahora se implementa en el Cauca, no es más que otra excusa para continuar quebrantando la lucha organizativa y social que se da en defensa de los territorios, es un plan para el sometiendo, el engaño y la guerra, lejos de reconstruir, lo que busca dicha política es consolidar la muerte en los territorios contra sus legítimos dueños.
Y mientras en los territorios del Cauca la persecución y la guerra en contra de los procesos y las comunidades no dan tregua, desde los estrados políticos quienes a fuerza y engaño se han apropiado de los espacios de representatividad, siguen legislando descaradamente para perpetuar la impunidad en nuestro país a través de la injusticia. La nueva reforma a la justicia colombiana más que discutida, fue muy bien pensada para encubrir a políticos y congresistas, que han sido los responsables de los mayores abusos y atrocidades sucedidas en nuestro país. Criminales de cuello blanco que fácilmente olvidan sus crímenes de lesa humanidad cometidos contra los pueblos y buscan seguir delinquiendo con la ley a su favor.
Quienes favorecen a los verdugos del país señalan, judicializan y condenan desfachatadamente a líderes sociales y comunitarios como Félix Banguero y Nesai Ramos del Procesos de Comunidades Negras PCN, reconocidos por su trabajo y entrega a las comunidades que buscan justicia y respeto.
Mientras en los territorios indígenas, campesinos y afros del Cauca, a fuerza de fusil se legitima la impunidad, se militariza, judicializa, amenaza y asesina bajo los pretextos de seguridad y desarrollo, desde las instancias del poder nacional se reforman las leyes para continuar legitimando el abuso, la burla y el robo a los pueblos dignos y seguir protegiendo a toda costa los intereses de las transnacionales.
Como es también la realidad en las comunidades indígenas y campesinas del Perú, donde el presidente Humala en contra de los peruanos insiste en la implementación del proyecto minero CONGA. Sin embargo ante la arrogancia y el egoísmo se fortalecen las luchas, las manifestaciones y las rondas campesinas animadas especialmente por las mujeres para proteger las lagunas y los sitios sagrados de Cajamarca. Entre tanto desde el oficialismo y los inversionistas se promueven contra marchas, se financia la represión y se justifica la explotación minera en el Perú como una de las actividades que genera mayores oportunidades en zonas de pobreza.
Y qué decir de lo que sucede ahora en Paraguay, una vez más queda claro que los gobiernos y los poderes económicos no se cansan de manipular y acomodar a sus intereses y beneficio, las leyes. La trampa montada en contra del presidente Lugo, tras la matanza de 18 campesinos en Curuguaty, es otra muestra de la maniobra en contra de la movilización y organización popular para impedir las transformaciones sociales de fondo, lo cual resulta incompatible con la acostumbrada dominación y sometimiento.
Es evidente que la represión a beneficio de los intereses económicos no tiene límites, ya que también en el estado de Puebla - México, indígenas padecen la represión paramilitar por exigir el legítimo derecho a sus territorios. Agresión a la comunidad autónoma Ernesto Guevara de la Serna en Puebla
Ante las múltiples amenazas y las difíciles realidades, debe fortalecerse la sabiduría y levantarse la dignidad. Los ejemplos de resistencia y movilización son la posibilidad colectiva de mantener la esperanza. Las comunidades indígenas del Cauca seguimos exigiendo respeto, el próximo 26 y 27 de junio nuevamente recorreremos los caminos de nuestro Cxhab Wala Kiwe - Territorio del Gran Pueblo, Nuestra Casa Grande, porque los territorios de vida no pueden convertirse en campos de muerte. Invitamos también a unir verdades, palabras y voces a través de Radio Pa’yumat, la voz de los pueblos y procesos, la palabra y acción colectiva, consciente y coherente de nuestras realidades y esperanzas.
Aprovechamos este espacio para compartirles nuestra alegría de tener ya en la web el espacio informativo “Kueta Susuza”, el sonido del tambor, de lunes a viernes de 11:30 am a 1:00 PM hora de Colombia y la transmisión de nuestras acciones y eventos a través de nasaacin.org, escuche Radio Pa’yumat “La voz del Pueblo Nasa”.
Liberar y recuperar la palabra es un compromiso de vida para tejer alternativas frente a las amenazas. Esperamos sus mensajes, denuncias, comunicados, experiencias, historias y memorias al correo: tejidocomunicacion@ gmail.com para seguir tejiendo los sueños y las luchas populares del continente.
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