viernes, 22 de julio de 2011

10 años Desalojo de la Comunidad de Tabaco

ENCUENTRO NACIONAL DE MEMORIA, REFLEXIÓN Y ACCIÓN COLECTIVA FRENTE A LA MEGAMINERÍA EN COLOMBIA.



Solo Me Quedé 
Hurtaron la memoria visible
De mis ojos cargados de historias
Solo quedaron varias lágrimas
Esculpidas a una lápida
Que jamás podrían borrar de mí,
Las huellas de los años.
Qué no daría yo, por volver a abrazarme
Con el fino olor a café, si olfato no tengo,
Bañarme en las blancas noches
De luna llena, si donde no tengo,
Acariciar los antiguos caminos,
Los atardeceres, el alba, si manos no tengo
O ver las momentáneas espumas burbujeantes
Transportadas por las mansas aguas del arroyo
Bajo la sombra leve, si ojos no tengo.
Solo me quedé con el destierro por años enteros
Herido por el destino
Y el espíritu sonriente de mi negra piel.
Rogelio Ustate. Exhabitante de Tabaco. 
Poeta popular    

CON MOTIVO DE LA CONMEMORACIÓN DEL 10º ANIVERSARIO DEL DESALOJO DE LA COMUNIDAD DE TABACO,  GUAJIRA - COLOMBIA,  POR EL MEGAPROYECTO CARBONÍFERO DEL CERREJÓN.



¿Por qué invitar a recordar, denunciar y organizarnos?

El 9 de agosto de 2001, el corregimiento de Tabaco en la Guajira, fue desalojado  de su territorio.  Estos hechos se presentaron luego de que los empresarios del Cerrejón en conjunto con el estado colombiano, desarrollaran diversas estrategias  con el fin de obligar a sus habitantes a dejar sus casas, animales, cultivos y todo lo que formaba parte de sus proyectos de vida, para darle paso a la gran minería.


A pesar de que la Corte Suprema de Justicia a través de un fallo de tutela ordenó en el 2002 que el pueblo fuera reubicado, hoy los habitantes de Tabaco continúan a la espera de respuestas efectivas e integrales frente a los daños causados  por parte del Estado  y de la empresa que les permita recuperar todo lo perdido.


La denuncia y la resistencia de la comunidad, despertó solidaridad y acompañamiento nacional e internacional frente a lo cual la empresa reaccionó implementando una estrategia de marketing orientada más a acallar la denuncia, que a  resolver los problemas de fondo que la originan.  Este contraste se evidencia aun más, con la enorme publicidad que desarrolla alrededor de lo que llama  “Responsabilidad social”; inversiones que  lejos de  estar orientadas a la reparación integral de las comunidades, se dirigen al incremento de su rentabilidad generando constantes situaciones de revictimización.
.  
Hoy nos encontramos con  mayores niveles de  contaminación,  nuevos despojos de tierra, cooptación de líderes sociales, corrupción, pérdida de la  autonomía alimentaria, desempleo, desnutrición de niños, mujeres  y ancianos.  Las mujeres denuncian  impactos en  su  salud y  su economía con la pérdida sus tierras y su capacidad productiva viéndose   forzadas a migrar a otros lugares en donde deben comprar los alimentos, sin tener los recursos para ello.


En esta búsqueda de justicia, el Estado colombiano ha sido el gran ausente en sus deberes constitucionales e internacionales en materia de derechos humanos; cuya presencia, por el contrario, se ha sentido al lado de los intereses empresariales mineros.  


Hasta ahora no conocemos NINGUNA investigación, juzgamiento y sanción producida por el Estado 
colombiano que satisfaga  nuestros derechos a la verdad, la justicia y la reparación integral por los derechos vulnerados que lleven a  impedir que los hechos  ocurridos VUELVAN A REPETIRSE, 0 decisiones que reconozcan la responsabilidad del Estado y su permisividad                                                                                                                                                         con las acciones de esta empresa; todo esto, a pesar de las incontables peticiones, acciones jurídicas y solicitudes de actuación que a lo largo de estos años hemos invocado.  Por el contrario, sin preguntarnos, se ha decidido ampliar aun más la explotación minera en la Guajira.


La existencia de la Mina del Cerrejón y la experiencia de las comunidades afectadas por ésta, adquiere especial relevancia como referente para hacer memoria, reflexión y proponer acciones colectivas frente al desarrollo de la minería en Colombia. En este contexto, el encuentro de las comunidades y sus organizaciones busca un significativo intercambio de experiencias, procurando que éstas a través de la observación directa de los impactos y en los diálogos entre las comunidades que han sufrido la destrucción de sus territorios, el desmonte y desconocimiento de sus derechos logren construir espacios para el análisis y la reflexión desde sus realidades y contextos. 


Por todo ello, la conmemoración de los 10 años del desalojo es una oportunidad para encontrarnos comunidades y organizaciones afectadas y amenazadas por la megaminería provenientes de diversas regiones del país, con el  fin de recordar, reflexionar y activar propuestas colectivas de defensa del territorio y los derechos humanos frente a estos megaproyectos. 


Objetivos:
- Fortalecer la organización y lazos entre las organizaciones y comunidades afectadas por la  gran 
minería en el país.
- Denunciar y visibilizar los efectos de la megaminería del Cerrejón en los derechos de lo/as 
habitantes y las comunidades.
- Recordar los hechos sucedidos alrededor del desalojo de los habitantes de Tabaco y poblaciones  
circunvecinas por cuenta del megaproyecto minero del Cerrejón.
- Promover iniciativas para reivindicación y recuperación de la soberanía alimentaria y los derechos 
conculcados.
- Fortalecer la reflexión y acción colectiva de las mujeres por sus derechos frente a la megaminería.
- Analizar y denunciar los métodos y consecuencias de la llamada “Responsabilidad social 
Corporativa” como instrumento de marketing empresarial y de legitimación de su accionar contrario 
a los derechos humanos.
- Definir estrategias jurídicas y sociales de protección de derechos



0 comentarios:

Publicar un comentario