lunes, 18 de febrero de 2013

Conflicto sindical en El Cerrejón: más que salarios y beneficios

En Razón Pública
Marco Alberto Velásquez Ruíz
17 de Febrero de 2013
No desviación del Río Ranchería, propuesta que ha sido planteada por la empresa para reducir los costos de producción. Foto: Banco de la República.

Por primera vez en 22 años, se ha declarado la huelga de este gigantesco complejo carbonero. No queda claro qué están buscando, pero ni la empresa, ni los trabajadores ni el gobierno convencen ni se ponen de acuerdo.


Locomotora en peligro
Hasta hace unos años, el presidente de turno encomendaba cada año la suerte del país al Sagrado Corazón de Jesús en la basílica menor del Voto Nacional. Hoy en día las cosas han cambiado un poco: nuestra suerte se ha encomendado a la minería extractiva, columna vertebral de un modelo de desarrollo concebido para superar la pobreza e insertar definitivamente a Colombia en el mercado global.
Por eso cualquier conflicto o controversia que afecte al sector minero tiene un impacto profundo sobre toda la sociedad: los intereses que se mueven en su torno son muchos y muy poderosos. Y en estas circunstancias, el cese de actividades decretado el pasado 7 de febrero  por parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Carbón (Sintracarbón) ha puesto patas arriba al gobierno y a la industria, que tratan de buscar encontrar soluciones en el menor tiempo posible.
Es bueno pues analizar el contexto y el alcance de este conflicto laboral, para apreciar mejor qué está detrás de la negociación de un pliego de condiciones en el marco del negocio del carbón en Colombia.

Quién es quién
Cerrejón  es un gran complejo de minería y transporte integrado que extrae carbón térmico a cielo abierto. La mina está ubicada en la porción oriental del departamento de la Guajira, muy cerca de Maicao.  Extrae 32 millones de toneladas de material al año, lo que representa el 5 por ciento de la producción mundial.
Marco Velasquez Cerrejon trabajo
Gracias a la intermediación del Ministerio del Trabajo, el 14 de febrero de 2013 se fijaron  los términos para poder retomar el proceso de negociación.
Foto: Dinero.com
Actualmente, emplea aproximadamente a 10.000 trabajadores: 99 por ciento son nacionales y 40 por ciento están afiliados a Sintracarbón. Es sin duda, una de las joyas de la corona de la industria minera colombiana.
En 1976, el gobierno colombiano seleccionó a la empresa Intercor— subsidiaria de la gigantesca multinacional estadounidenseExxon Mobil Corporation — para iniciar la explotación de la zona, para lo cual se firmó un contrato de asociación por 33 años.
En 2002, Intercor fue adquirida por un consorcio formado por las empresas BHP Billiton (Australia),  Anglo American (Sudáfrica) yXstrata (Suiza), que anteriormente ya se había hecho al control deCarbocol, la parte del Estado colombiano en Cerrejón.  Así pues, la totalidad de los intereses de Cerrejón está hoy bajo el control de este conglomerado.
En 2009 se revisó la concesión y se firmó una extensión del contrato por 25 años más, hasta 2034.
De otro lado, Sintracarbón es un sindicato que agrupa a gran parte de los trabajadores de la industria del carbón en Colombia: actualmente representa los intereses de 4.640 beneficiarios de la convención colectiva. Su antecedente inmediato fue el sindicato de la empresaIntercor, cuando esta empresa tenía intereses en el proyecto.
Esta organización ha sido víctima de acciones sistemáticas adelantadas en contra de los movimientos sindicales en Colombia, que incluyen amenazas y asesinatos de sus miembros, especialmente aquellos con funciones directivas.

Qué está en juego
A finales de noviembre de 2012, Sintracarbón decidió presentar un pliego de peticiones a los directivos de Cerrejón, solicitando la negociación de una nueva convención colectiva para reemplazar la que estaba vigente desde 2011; hizo además otras solicitudes relacionadas con la situación de las comunidades ubicadas en la esfera de influencia de la mina. La mesa de negociaciones se instaló el 4 de diciembre, en Barranquilla.
Tras 22 años sin recurrir a este mecanismo, el proceso de negociaciones resultó infructuoso: el 7 de febrero pasado, el sindicato declaró la huelga, con el consiguiente cese de actividades laborales y administrativas.
Sintracarbón señala en su comunicado ocho aspiraciones de sus afiliados o tema de diferencia con la empresa:
  • Reconocimiento de los trabajadores tercerizados (contratados de forma indirecta y sometidos a diferentes condiciones salariales y laborales).
  • Reconocimiento de enfermedades profesionales derivadas de la explotación del carbón.
  • Condiciones de acceso al servicio de salud de los trabajadores y de sus familias.
  • Propuesta económica que no guarda proporción con el aumento de las ganancias de la empresa.
  • Modificación de la escala salarial.
  • Mejoramiento en las condiciones de transporte de los empleados.
  • No desviación del Río Ranchería, propuesta que ha sido planteada por la empresa para reducir los costos de producción.
  • Tratamiento a las comunidades desplazadas como consecuencia del proyecto.
El sindicato alega que la mitad de estas peticiones fue ignorada por parte de Cerrejón — atención en salud, enfermedades profesionales, medio ambiente y responsabilidad empresarial con la Guajira — lo cual llevó a decretar el cese de actividades. 
De otro lado, el día mismo en que empezó la huelga, Cerrejón dejó su posición claramente sentada. Su discurso está basado en dos elementos:
  • de un lado, las consecuencias negativas de la decisión de Sintracarbón de iniciar la huelga;
  • de otro lado, la exaltación de la sensibilidad histórica de la compañía con las condiciones de vida de sus empleados y de sus familias.
Con respecto al primer elemento, Cerrejón ha señalado que con cada día de huelga se pierden 5.400 millones de pesos, que 5.657 empleados dejan de percibir salarios, y que las consecuencias que a mediano y largo plazo hacen de la decisión tomada por el sindicato una acción infundada e irresponsable.
En cuanto al segundo elemento, partiendo de la aseveración de que Cerrejón es una de las mejores empresas para trabajar en Colombia, se resalta que la propuesta hecha en el proceso de negociación mejoraba la mayoría de los beneficios de la anterior convención colectiva: aumento salarial basado en el doble del índice de costo de vida, un bono por 13 millones de pesos y mejoras en el paquete de beneficios.
Teniendo en cuenta lo anterior, los directivos de la compañía concluyen que  si bien se respeta el derecho de libertad de asociación de los trabajadores, no hay claridad sobre las motivaciones que llevaron a Sintracarbón a declarar la huelga.
Gracias a la intermediación del Ministerio del Trabajo, el 14 de febrero de 2013 se fijaron  los términos para poder retomar el proceso de negociación.

Falsa responsabilidad social
Este conflicto sindical reproduce la mayoría de los interrogantes acerca del impacto  de la industria extractiva en un contexto tan vulnerable como el colombiano: fragilidad institucional, desigualdad social y alto riesgo ambiental. Igualmente, permite apreciar cómo el sistema político–económico vigente  — basado en acumular ganancias — permea todas las organizaciones sociales, incluyendo los sindicatos.
Marco Velasquez Cerrejon huelgaTras 22 años sin recurrir a la huelga, el proceso de negociaciones resultó infructuoso: el 7 de febrero pasado el sindicato declaró el cese de actividades laborales y administrativas.
Cerrejón se autodefine como una empresa exportadora, como gran contribuyente al fisco y  como ejecutora de programas sociales y ambientales, bajo la bandera del desarrollo sostenible. En sus mensajes publicitarios y de difusión de imagen corporativa, se menciona insistentemente su compromiso con diversosestándares voluntarios en materia de seguridad y de derechos humanos, como la Declaración de la OIT Relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo.
A pesar de ese compromiso, en el contexto de la negociación la empresa desconoció puntos  fundamentales de la responsabilidad social empresarial: las condiciones de las comunidades ubicadas dentro o vecinas de la zona de influencia de la mina, la preservación del medio ambiente en la zona de operación, o la situación de los trabajadores que no disfrutan de los mismo derechos laborales, como consecuencia de sistemas modernos de contratación.
Una vez más se hace evidente hasta qué punto las empresas multinacionales resultan tan poderosas que actúan de modo autónomo o sin que el Estado pueda controlar sus actuaciones.
Del otro lado, Sintracarbón se autodefine como una organización sindical, clasista, sin ánimo de lucro, que representa y defiende los derechos de los trabajadores de la industria del carbón y las comunidades afectadas por la minería. Sus objetivos son  mejorar la calidad de vida de los trabajadores y de las comunidades, así como incidir en la política local y nacional hacia el sector minero
A pesar de su discurso tradicional — de lucha de clases y gratuidad en su trabajo — Sintracarbón negocia en términos muy próximos al principio capitalista de maximización de beneficios, apelando incluso a los precios internacionales del carbón como referencia para determinar los ajustes salariales y la asignación de beneficios.
Sin dejar de reconocer el derecho de asociación y de exigir mejoras en las condiciones laborales, a la hora de presentarse como víctimas de una empresa insensible frente a su situación y a la de sus familias, el sindicato no debería olvidar que, en el contexto colombiano, queda mucha gente desempleada o bajo condiciones de trabajo realmente pésimas.
La industria extractiva es crucial para Colombia, pero conlleva un alto impacto socio–ambiental, de modo que su gobernanza debería ser el primer punto de la agenda  pública.
En el momento de escribir este texto no se había alcanzado ningún acuerdo y el gobierno se estaba rajando en materia de capacidad conciliadora. Resulta preocupante constatar que, al final, no se ven claramente los intereses de las partes. Las comunidades y el medio ambiente casi siempre acaban siendo las víctimas de los acuerdos. Como dicen por ahí, que entre el diablo y escoja…
Abogado de la Universidad Javeriana, magister en Derecho Internacional (IHEID, Suiza), consultor, investigador y candidato a Doctor en Derecho Osgoode Hall Law School – York University (Toronto, Canadá).  marcovelasquez@osgoode.yorku.ca

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