Un anillo de mineros, burócratas chocoanos y constructores se están apropiando de más de $30.000 millones de las regalías auríferas. El mecanismo parte de la venta de oro antioqueño en municipios del Chocó.
Publicado en: www.dinero.com
La producción de oro en Chocó se multiplicó por cinco en dos años.
Mientras la producción de oro en Antioquia creció apenas 8% en 2009 y disminuyó un impresionante 51% en 2010, en el Chocó creció 225% y 56% en esos dos años y en Bolívar 34% y 44%. La baja en el primer departamento y el aumento en los dos últimos no obedece a transformación geológica, sino a un movimiento en las ventas del metal.
El departamento del Chocó quintuplicó la producción al pasar de 3,3 toneladas en el año 2008 a 16,9 toneladas en el 2010. Cantón de San Pablo aumentó entre 2009 y 2010 su producción de oro en 1,8 millones de gramos (877%), Istmina en 1,6 millones de gramos (56%), Nóvita en 1,6 millones (236%) y Medio Baudó en 1,4 millones (111%), sin que se hubieran hecho nuevos hallazgos o se aumentara significativamente la producción de las minas locales. “En primera instancia no se puede justificar ya que no se conocen proyectos grandes que lo hayan motivado”, dice un reporte de la secretaría de Minas de Antioquia.
El incremento total de los registros en Chocó fue de 6,1 millones de gramos, el doble de la producción total de Mineros s.a. en 2010, que fue de 3 millones de gramos.
La prueba reina del traslado del oro está en la relación metalúrgica de las minas antioqueñas y chocoanas. Las del primer sitio, tienen en general una composición de la extracción que entrega sustancialmente más oro que plata. La cantidad de plata en las del segundo es mucho más cercana a la de oro.
De hecho, los datos oficiales muestran que en 2009 había una relación de 2 a 1 entre oro y plata en la producción chocoana, que es una situación normal. En 2010, a la par con el incremento astronómico en las estadísticas de producción, cambió la relación de los metales a 7 de oro por una de plata. Un salto que los geólogos consideran virtualmente imposible cuando se trata de la misma zona minera. En Cantón de San Pablo, la relación fue de 15 a 1 en 2010.
¿Pero qué hay detrás de este movimiento del metal? Un negocio de corrupción en el manejo de las regalías, que se estima deja $30.000 millones a sus organizadores.
El negocio La forma de operar es sencilla. Los mineros en Antioquia no venden su producido en las poblaciones cercanas a las minas, sino que las llevan a Bojayá, Cantón de San Pablo, Istmina, Río Iro y Unión Panamericana, en el Chocó. Ese departamento destina las regalías que le corresponden por la producción, a los usos permitidos por ley, que son, entre otros, salud, educación y agua potable.
Se abren licitaciones públicas, que, según dicen los informes de la secretaría de Minas de Antioquia, se las ganan firmas que ponen un sobre costo en sus pliegos para entregarles luego coimas a una persona influyente en el Departamento y a los mineros metidos en el anillo. “Es un secreto a voces”, dice el secretario de Minas de Antioquia, Nicolás López.
Antioquia dejó de recibir $30.000 millones en regalías por la minería de oro, por un mineral que fue a parar al Chocó, presumiblemente a manos de contratistas corruptos de ese Departamento. La denuncia la había hecho desde hace varios meses López, que envió datos precisos a las Comisiones Quitas del Congreso, a la Procuraduría, a la Contraloría y a otras entidades de control, sin que hasta ahora hayan tomado ninguna acción al respecto.
El incremento total de los registros en Chocó fue de 6,1 millones de gramos, el doble de la producción total de Mineros s.a. en 2010, que fue de 3 millones de gramos.
La prueba reina del traslado del oro está en la relación metalúrgica de las minas antioqueñas y chocoanas. Las del primer sitio, tienen en general una composición de la extracción que entrega sustancialmente más oro que plata. La cantidad de plata en las del segundo es mucho más cercana a la de oro.
De hecho, los datos oficiales muestran que en 2009 había una relación de 2 a 1 entre oro y plata en la producción chocoana, que es una situación normal. En 2010, a la par con el incremento astronómico en las estadísticas de producción, cambió la relación de los metales a 7 de oro por una de plata. Un salto que los geólogos consideran virtualmente imposible cuando se trata de la misma zona minera. En Cantón de San Pablo, la relación fue de 15 a 1 en 2010.
¿Pero qué hay detrás de este movimiento del metal? Un negocio de corrupción en el manejo de las regalías, que se estima deja $30.000 millones a sus organizadores.
El negocio La forma de operar es sencilla. Los mineros en Antioquia no venden su producido en las poblaciones cercanas a las minas, sino que las llevan a Bojayá, Cantón de San Pablo, Istmina, Río Iro y Unión Panamericana, en el Chocó. Ese departamento destina las regalías que le corresponden por la producción, a los usos permitidos por ley, que son, entre otros, salud, educación y agua potable.
Se abren licitaciones públicas, que, según dicen los informes de la secretaría de Minas de Antioquia, se las ganan firmas que ponen un sobre costo en sus pliegos para entregarles luego coimas a una persona influyente en el Departamento y a los mineros metidos en el anillo. “Es un secreto a voces”, dice el secretario de Minas de Antioquia, Nicolás López.
Antioquia dejó de recibir $30.000 millones en regalías por la minería de oro, por un mineral que fue a parar al Chocó, presumiblemente a manos de contratistas corruptos de ese Departamento. La denuncia la había hecho desde hace varios meses López, que envió datos precisos a las Comisiones Quitas del Congreso, a la Procuraduría, a la Contraloría y a otras entidades de control, sin que hasta ahora hayan tomado ninguna acción al respecto.
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