Para nosotros indígenas originarios de esta región, es doloroso ver cómo quieren exterminarnos y el Estado colombiano y el gobierno nacional no brinda las garantías necesarias para poder pervivir en armonía con todos los seres que habitan nuestra madre naturaleza, día a día vemos como las balas asesinas acallan la vida de quienes caminamos la palabra que los ancestros nos heredaron.
De corazón empuñamos nuestro bastón de mando y lamentamos los hechos ocurridos el pasado 31 de diciembre en el municipio de Santa Cruz de Guachavez, donde 2 sicarios apagaron la luz de vida del compañero Jaime Chazatar, líder indígena del pueblo de los Pastos y Alcalde electo de este municipio por el movimiento autoridades indígenas de Colombia – AICO para el periodo 2012-2015.
A este hecho de violencia se suman dos atentados perpetuados la semana pasada; el primer ocurrió al líder indígena Abran Mitis, ex-gobernador del cabildo del gran Cumbal perteneciente al Pueblo Indígena de los Pastos, quien salió con una herida de bala en la mano luego de que sicarios atentaran contra su integridad personal, afortunadamente el compañero aun nos acompaña en este caminar; y el segundo acto violento fue al Gobernador del Pueblo Inga de Aponte, Hernando Chindoy Chindoy, quien también sigue con vida después de que personas cercanas a los hechos lo socorrieran y evitaran así que 2 sicarios lograran su cometido.
Como informamos en días pasados, nuestro pueblo también ha sido víctima de varios homicidios y hechos deplorables de violencia, como lo ocurrido en el Resguardo Ñambí Piedra Verde donde un compañero fue torturado y luego asesinado, encontrando su cuerpo descuartizado, también fueron violadas 3 mujeres Awá, una de ellas con apenas 12 años de edad, de estos actos violentos hay 5 personas capturadas pertenecientes a grupos paramilitares que hacen presencia en la zona.
Miramos con preocupación estos acontecimientos porque evidencian que estas muertes y atentados sistemáticos, tienen como objetivo desarticular nuestras organizaciones para poder debilitar la autonomía propia y violar los derechos que como pueblos indígenas tenemos.
Hacemos un llamado urgente de solidaridad a las organizaciones de derechos Humanos nacionales e internacionales, para que hagan acompañamiento a esta grave situación que se presenta en el departamento de Nariño, ya que el estado colombiano y el gobierno nacional han demostrado su incapacidad en el momento de defender nuestros derechos y autonomía propia.
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